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Mostrando las entradas con la etiqueta hadas

Perfecta dicha

Eso eras para mí, como cada copo de nieve, como la primer gota de la lluvia, como encender el radio y escuchar la canción que te gusta, como una promesa de tiempos perfectos, un mecanismo puro y mágico que marca en un pestañeo a cada cosa que importa, una sonrisa y el mundo está en su lugar, furia tras tus ojos, ternura en el corazón, y si me escuchas con atención te diré que este tipo que aquí te escribe que aquí te codicia fue en otros días mucho más que maligno he vivido por y para la venganza y no lleva a nada. Toma mi mano deja de odiar un rato no busques redención, no des perdón, no deshagas el tuétano de tus huesos en absurdas vacilaciones simplemente toma mi mano, simplemente sueña. Esto te lo digo a ti Hada de mis últimos días te lo digo perdiendo el aliento al soñarte te lo digo soñando desmembrado en tu ausencia te lo digo a ti para que lo leas con esos ojos que me envenenan, te lo digo a ti para que no quede duda si tú me quieres usaré todo cuanto soy para crearte un mundo

Territorial

Cómo es que eres de él si ante fuiste mía y jamás renuncie a ti? Cómo se reclama el cartógrafo de tu piel cuando lo sobrevolé tantas veces y no fui capaz de mancharla? Cómo es que esa idea cruzo transversalmente al tiempo? Cómo es que sobrevivió a los embates de las idas y venidas de las historias que parecían tan fundamentales y resultaron tan faltas de todo? A los labios se les jura al pie de la luna con un beso, al deseo se le nombra en un susurro que dura por siempre, al aliento se le fuma en la agonia de la asfixia, y no hay, ni habrá en está fuga de la realidad una idea que acerque los destinos, que enlace los brazos, que zurza los besos, e hilvane las rimas en una cadena sin fin de tu espalda a tu cuello de tu cuello al cielo. ¿Qué sabe un alma rota de poesia? ¿Qué sabe el oxido de mis huesos de promesas de pasión? Te reclamo, como aquel que reclama una isla desierta antes del tiempo, mi frontera perdida, mi deseo silente.

Silencio

No sé justo en qué momento tu mirada paso a través de mi, ni sé que tenía para ser capaz de cambiar mis fundamentos, para hacerme romper mis promesas; ni sé en qué justo momento aposté mi alma por ti. Ahora dudo lo cierto, admito lo dudoso, entrego sin condición mis rimas insanas y renglones retorcidos, ecléctico y alejado de la mortalidad me encuentro en ti, reducido a mi más mínimo estado, delirando en noches eternas de desvelo donde te niegas infranqueable a salir de mi cabeza; noches navegando temeriariamente desde el puerto de mi coherencia a donde mis sueños nacen. Quisiera que estuvieras aquí, justo frente a mi, quisiera ver tus ojos ahora mismo, quisiera pasar en limpio mis garabatos en tu espalda, quisiera explorar la extensión de tu piel a besos, perido en tus brazos un segundo eterno de paz y silencio. Los seres humanos no elegimos el momento para cruzarnos con alguien, sólo tenemos el poder para hacer nuestra voluntad en ese momento, esas son las dos fuerzas que nos hacen q

Milagros

Impío, retorcido, pervertido pérfido, penitenciario, ecléctico; ponderando las ideas, haciendo borrones en las notas del destino, me sobran las razones, un poco de café amargo, un cursor parpadeando, uno y mil fetishes retorcidos que guardo como ases bajo mi capa, mi mente está fugada de planta en el infinito, no vale ni la pena reclamarla a la cordura. ¡Carajo si yo cazaba estrellas en noches como está! ¿Acaso no arrancaba suspiros a punta de rimas? No deje una tarde del Otoño sin conquistar, ni una sonrisa que no pudiera robar. He decidido sentarme en el escritorio de nuevo, reemprender la crónica, explorar las posibilidades infinitas, y para variar dejaré de huir, básicamente porque 365 días después, con una pequeña haciendo un caos del caos de mi escritorio escribo como se llama el primer capitulo, de estos días de sol y promesas gigantes, tres letras: Z O E. Y es que es tan perfecta, sus manitas perfectas, sus ojos penetrantes su sonrisa que derrumbaría los muros de Jericho, y esa