¿Quién te ha esperado más que yo? Si, no he sido un santo, no he encontrado el sosiego, ni calma; el secreto de mi supervivencia es una vida de tormenta que me lleva de cicatriz en cicatriz sin sopesar la perdida de alma tras cada realista despertar. He construido verdaderos personajes en la obscuridad e mi mente desde damiselas en peligro hasta hadas guerreras, todas alimentadas de mis anhelos y nostalgias etéreas. Me siento muerto, pero lloro con ciertas canciones, me conmuevo al filo de un libro; no estoy muerto, solamente estoy infinitamente roto, estoy vuelto una tormenta de arena que crea atardeceres perfectos, captura lunas ensoñadas y describe amores de leyenda. Eres tu a quien tomo de mi mano cuando sueño con estar lejos, eres tu a quien consulto cuando dudo antes de arremeter; eres tu quien se esconde en mis sueños cuando quiero ver tu rostro y despierto, eres tu la que guarda mis debilidades, mis más bajos momentos, mi naturaleza; eres tu quien guardo en mi alma para sabe
Quiero levantarme, quiero dejar de sentirme cansado, quiero dejar de sentirme derrotado, olvidado, solo. Estoy juntando mis piezas útiles, entre ruinas y pertrechos de guerra, una espada oxidada, besos que nunca di, cartas que nunca entregué, voy a dejar bajo el cascajo las palabras que nunca dije y las discusiones que mil veces gane en mi cabeza en desvelos sin fin, ya que descansen, ya las quiero olvidar. No quiero que limpien la zona de desastre, sería negar mi historia y naturaleza. No quiero que mi dolor y sufrimiento me vuelvan una víctima. Quiero que mi batalla me convierta en el Héroe de alguien más.