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Mostrando las entradas con la etiqueta dimensión

Automata

Quiero levantarme, quiero dejar de sentirme cansado, quiero dejar de sentirme derrotado, olvidado, solo. Estoy juntando mis piezas útiles, entre ruinas y pertrechos de guerra, una espada oxidada, besos que nunca di, cartas que nunca entregué, voy a dejar bajo el cascajo las palabras que nunca dije y las discusiones que mil veces gane en mi cabeza en desvelos sin fin, ya que descansen, ya las quiero olvidar. No quiero que limpien la zona de desastre, sería negar mi historia y naturaleza. No quiero que mi dolor y sufrimiento me vuelvan una víctima. Quiero que mi batalla me convierta en el Héroe de alguien más.

Ad hominem

Ad hominem No atacarás a la persona, sino al argumento   Tengo tantas promesas rotas pesando sobre mi, y no puedo deshacerme de una sola, no puedo atentar a dejarlas de llevar en mi.   No he perdido por ser quien soy, por el contrario, fui estoico e inexorable, más allá de toda duda más allá de toda razón, nunca en mi historia podrán decir que ceje en mis intenciones, en mi Código, un Código de hombres muertos, de leyendas desoladas, de héroes acaecidos, de aquellos cambiaron el mundo porque era lo correcto por hacer y no espero un destino distinto, por el contrario, espero merecerlo algún día.   No me dejaste de amar porque yo fuera diferente, me dejaste de amar porque muy a mi pesar deje de ser necesario en tú vida el día que te rescate de lo que fuiste y los héroes solo existimos al ser necesarios, esa mentecata necesidad nos da nuestra razón, nuestro pilar, nuestro sentido; eres la paradoja más triste de mi vida, a

En otra dimensión

En otro mundo Me pregunto si en otro universo estaba yo sentado en algún lado tomando un café cuando llegaste, perfecta, pura, llena de dicha, inmaculada a mis deseos, privada de mi obscuridad. En otro mundo nos encontramos a la primera desde pequeños en el kindergarten fuimos una historia segura sin sobresaltos. En otro mundo estuvimos en una guerra en bandos contrarios, arrastrados por las trincheras, en el hedor de la muerte, simples engranes de una máquina de muerte y devastación, y justo al estar en la mira cada uno del otro caímos perfectamente en el amor y nos disparamos mutuamente. En otro mundo si te encontré, te vi subir al tranvía, supe eras tu, cada una de mis células lo grito a los cuatro vientos, corrí, me tropecé, me esforcé por alcanzarte y al llegar a la siguiente parada me sonreíste y nos besamos sin más lugar a duda. En otro mundo nos sentamos juntos en el camión, tu comías una manzana e ibas de rojo con pantalón azul, te recogiste el pelo con un prendedor, mirabas t