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Mostrando las entradas con la etiqueta olvido recuerdo amor olvido poesia

Territorial

Cómo es que eres de él si ante fuiste mía y jamás renuncie a ti? Cómo se reclama el cartógrafo de tu piel cuando lo sobrevolé tantas veces y no fui capaz de mancharla? Cómo es que esa idea cruzo transversalmente al tiempo? Cómo es que sobrevivió a los embates de las idas y venidas de las historias que parecían tan fundamentales y resultaron tan faltas de todo? A los labios se les jura al pie de la luna con un beso, al deseo se le nombra en un susurro que dura por siempre, al aliento se le fuma en la agonia de la asfixia, y no hay, ni habrá en está fuga de la realidad una idea que acerque los destinos, que enlace los brazos, que zurza los besos, e hilvane las rimas en una cadena sin fin de tu espalda a tu cuello de tu cuello al cielo. ¿Qué sabe un alma rota de poesia? ¿Qué sabe el oxido de mis huesos de promesas de pasión? Te reclamo, como aquel que reclama una isla desierta antes del tiempo, mi frontera perdida, mi deseo silente.

Silencio

No sé justo en qué momento tu mirada paso a través de mi, ni sé que tenía para ser capaz de cambiar mis fundamentos, para hacerme romper mis promesas; ni sé en qué justo momento aposté mi alma por ti. Ahora dudo lo cierto, admito lo dudoso, entrego sin condición mis rimas insanas y renglones retorcidos, ecléctico y alejado de la mortalidad me encuentro en ti, reducido a mi más mínimo estado, delirando en noches eternas de desvelo donde te niegas infranqueable a salir de mi cabeza; noches navegando temeriariamente desde el puerto de mi coherencia a donde mis sueños nacen. Quisiera que estuvieras aquí, justo frente a mi, quisiera ver tus ojos ahora mismo, quisiera pasar en limpio mis garabatos en tu espalda, quisiera explorar la extensión de tu piel a besos, perido en tus brazos un segundo eterno de paz y silencio. Los seres humanos no elegimos el momento para cruzarnos con alguien, sólo tenemos el poder para hacer nuestra voluntad en ese momento, esas son las dos fuerzas que nos hacen q

No Recuerdo

No Recuerdo No la recuerdo cada día... la tengo escondida bajo mis cicatrices, la tengo enjaulada en el óxido de mi vida, en lo tóxico de mis desplantes, la tengo en una caja de silencio a la que se le doblan los barrotes. No la recuerdo cada día, hasta que tomo el primer café y ese amargo me sabe a su ausencia, hasta que me encuentro la caja de Amelie sobre el DVD y recuerdo sus malos días, hasta que tengo que escribir una nota y al tener la pluma en mi mano recuerdo que no puedo sino escribir de lo que me duele y me lastimo, y había días en los que escribía de la mosca que pasaba sin tener que inyectarme navajas en las venas. No la recuerdo cada día, ni porque este en 1,000 canciones del Ipod, ni porque no tengo la fuerza para darle suprimir a sus fotos, ni porque la tengo en el celular con otro nombre... ¡Ja! Como si fuera hablar algún día, si el infierno se ha de congelar y el mundo se ha de terminar solamente en ese día puede que quisiera contestar algo más que silencio. No la re