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Aferrado

Tengo roto el espinazo, hechos polvo los huesos, se me fugaron los sueños del corral y queda solamente desolación silente, maldita, invencible. Sin esperanza, sin plan B, atrapado en la camisa de mil espadas que yo mismo me construí la prisión perfecta a mi soberbía, a mis ganas de volar, mis absurdos llamados a cambiar el mundo, es una cárcel perfecta y aún así no será suficiente. Si tan solo pudierá brincar por encima de las montañas? Si tan solo pudiera quitarme la mierda de los ojos un segundo para ver el sol? Si tan solo encontrará ese grano de mostaza que deje guardado para emergencias? Si tan siquiquiera no estuviera tan roto por dentro, seguro tendría un plan, seguro podría buscar mis piezas y volver a comenzar, está vez no será así. No estoy muy seguro de que quedará de mi no estoy ni siquiera seguro que seré yo; tendré que buscar un rasgo que me recuerde a mi, aunque no sea familiar, aunque sea en lenguaje poético, aunque se esconda en las a

En otro amor

Divago en mis laberintos sin final quiero llevarte a donde estés segura, pero todo es tan desolado y no se a donde. Y quiero besarte y hacer sentir bien, estoy tan cansado de compartir mis noches con la desolación, a veces quiero llorar y a veces quiero amar, pero todas mis lagrimas se han secado en el ocaso. En otro amor, en otra tierra, en otro yo, en otra tu, jala las delicadas lineas del universo y modificarás está realidad. Y si alguien te lastima, voy a pelear, aunque mis manos estén rotas, una vez más, usaré mi voz, seré grosero, absurdo, cínico, las palabras siempre ganan, pero yo perderé. En otro amor, en otra tierra, en otro yo, en otra tu, un universo donde el bosón pesa un poco más una realidad donde no me miras por encima del hombro, donde crees en mi, donde crees en la leyenda que haré por ti. Y tarareo esa canción, esa que es solo nuestra, pero la escucha otro corazón, y quiero llorar, quiero recordar como te amaba, pero mis lagrimas se han secado al ocaso. Quiero abraza

Inocente... realista.

Hoy mire tu sonrisa, sin el más mínimo ánimo de pretenderla, por el simple placer de iluminarme de ella, por la mágica travesía en la curvatura de tus labios, solamente pestañee una vez, en un segundo quimeresco donde te arranque un beso, entonces tu voz ya martirizaba mi cordura, mi valor y mi congruencia. Hoy te ansíe como nunca antes, hoy fuiste mi sangre huyendo por mis venas, mi aire al respirar, mi dolor al caminar, mi letra más intensa, mi deseo más aferrado, mi signo, mi significado, mi significante, mi referente y hasta mi marco contextual, este día has sido la existencia de mi existencia. Empecemos por enfrentar que yo carezco de lugar en tú corazón, que este loco pasa desapercibido a ti, que te cuida cada día con la mirada, que se sienta en la ventana usando el cielo como pretexto para verte pasar, lo hagas o no, se me empiezan terminar las maneras de decirte que te amo, que me encantas, que me sublimas, pero cada vez que te veo, el amargo dulce de tu mirada me sopla una ide

Inexorable

Dolor intransigente, inamovible, lárgate de mi, déjame por la paz y en la dualidad que soy te invocaré cada noche. ¿Cómo diablos se pretende que te olvide? Pasas cada día conmigo, al amanecer apareces al levantarme y usurpas la primera idea del día, después cada calle, cada canción, en lo que desayuno, en lo que ceno, en lo que veo, en lo que es mío y suelo perder, en el antes y el después, en cada beso ajeno y en la felicidad que no poseo, por las noches arremetes con más fuerza y me llevas a correr sin fin por caminos inmemoriales para morir al pie de tu morada, lárgate pues de mi y déjame descansar o juremos nuestro amor eternamente, sólo te advierto algo, de seguir en ese estúpido talante tuyo, no esperes de mi nunca más sino la dulce alevosía de mi oneroso odio. Endiablada soledad que aplasta a mi ser, en prometida revancha en venganza cortada y muerta al contacto, que amarra la vida desatado al dolor. Abrázame Alma mía, no dejes mi ser a la deriva en esta noche dolorosa, menospre

¿Tu qué sabes?

¿Tu qué sabes de amores desesperados? ¿Tu qué sabes de ese ácido desgarrando tu piel por las madrugadas? ¿Tu qué sabes de un alma desecha? Tu qué sabes de mis celos con el viento, de mis pertrechos escritos perdidos en la noche buscándote, jamás te encontraron, jamás te encontrarán, serán uno a uno los clavos del ataúd de olvido donde decidí sepultarte hasta el Fin de los Días. ¿Tu qué sabes de arrancarle segundos al reloj para volver a verte? Tu qué sabes de esa asfixia en tu lejanía, de ese mar de olvido en el que me dejaste a morir, del que creíste que no sobreviviría, tú gran error, tú último error. Esto es sobre mis trazas aviesas, sobre mis renglones torcidos, sobre mis huesos rotos, mis ilusiones torcidas, mis deseos negados, mis promesas olvidadas. ¿Tu qué sabes del amanecer que te prometi? De aquel construido en el andamio del mundo que te regalé, con los mismos tabiques de las ruinas que dejaste, con las mismas frases que te susurre al oído adornando las paredes, con las mism

Adicto

Al principio fuiste una atracción, sin nombre, sin voz, sin consecuencias. Entonces fuiste un placer, uno que se respira, uno que se escucha, uno al que se atenta, uno en el que se cree, uno que te hace cambiar, uno que te hace reír, uno que te da el sagrado derecho de soñar. Te convertiste en parte de mi, escondida en cada letra, escondida haciendo coro en cada canción, escondida en cada verso, escondida en cada calle, escondida entre mi tiempo y el tiempo del mundo, escondida para todos, menos para mi. Una adicción entonces, mi propia marca de cocaína, mi propia jeringa de heroína, mis alucinaciones, mis placeres ocultos, mis delirios, mi sentimiento de ser invencible, mis superpoderes para parar al tiempo, mi soberbia para pensar que nada cambiaría, que siempre serías mía, mi desdén por mi mismo. Mi perdición, más peligrosa que la heroína, más parecida al krokodil, tan destrozado por dentro que no me reconozco en el espejo, con la piel tan sensible que se me cae en días nublados, mi