¿Querías que escribiera?
¿Querías mis letras no?
Mis aberraciones nocturnas,
mis insatisfechos deseos,
la razón tras cada una de mis miradas desoladas.
No es que pretendiera que el tiempo se detuviera por mi,
no lo ha hecho en el pasado,
no lo hará en el futuro;
esperaba en cambio ser suplantado por un Adonis,
por amante mejor que Sade,
por el Barón Munchausen,
por Cyrano de Bergerarc,
por Batman,
nunca por la puta realidad,
nunca por esa perra mal-nacida en el seno de la soledad,
promiscua insensible que se cuela por las grietas que quedan al construir un castillo en las nubes,
no es el mejor material para construir,
ni los naipes tampoco,
pero no todo puede ser hecho de Lego.
Brindemos por esa normopatía,
la olfateaba viniendo a rastras,
escondida,
siempre traicionando mis mejores historias,
sobretodo las que pintan para leyendas.
Pero no tengas zozobra,
no voy a morir,
no voy a arrojarme de un puente,
cuando mucho a este amor sin sentido,
pero no es el primero que asesinó,
aunque no recuerdo uno que hubiera dolido últimamente.
Tampoco me siento traicionado,
no puedo hablar por los desvelos,
por los sueños abortados,
por las noches de ensueño,
por el tiempo,
por el adios.
Daré la orden a mis fuerzas armadas,
se declara cancelada la conquista del espacio entre nosotros,
le diré al cartografo que cambie el nombre en el mapa,
ahora sólo dirá: “escala a Disneyland”.
Me queda por viajar a la Luna solamente,
el mundo se acaba de volver inmensamente más pequeño
y mi vida terriblemente más simple.
Me voy de exilio al silencio,
a ver que encuentro,
a ver que baratijas ofrece,
a recordar cuando tu eras tu
y yo era yo.
Godspeed.