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Como debía ser

Fue una tarde

una tarde gris

gris y con lluvia

lluvia que cantaba.

Desafiando al tiempo,

desdiciendo al protocolo,

rompiendo reglas,

borrando cicatrices

armando historias.

Y su piel era tan amplia como el cielo

demasiado para un viajero como yo,

demasiado extensa,

demasiado pura,

demasiado bella,

demasiado frágil

y toda mía…

Esa tarde me fundí en su cuerpo,

esa tarde la amaba,

esa tarde dibuje mis historias en su esplendor,

escribí mis más recónditos deseos en su piel,

la Princesa del Desierto me entrego el alma

y yo le correspondí.

No habrá más historias al anochecer,

no habrá más espadachines y princesas,

no habrá historia que contar,

no hay otros posibles finales

y habré de resignar mis hipótesis,

dejar pasar

dejar de creer

dejarla;

no digo que sea lo mejor

no lo diré por un segundo

pero algún día reconoceré

que cada segundo valió la pena

que fue una comprobación inequívoca

de que todo es posible

de que las princesas existen

de que el amor es una posibilidad.

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