Miro en tus ojos y no encuentro más que caos,
me reflejo en ti y soy alguien diferente,
te veo y trato de decirte la grandeza que veo en ti,
me recreo al verte,
te quiero gritar que no te rindas, que no cejes un segundo,
la tristeza me consume una vez más,
no quiero que vengas conmigo a donde he de ir,
no quiero tener que ir a ese lugar de nuevo
no quiero que seas tu una más de mis consecuencias aunque esto sea una consecuencia de ti,
no quiero tener que rendirme por ti,
no quiero tener que existir sin ti,
no te voy a sacar de mi vida,
dejaré un resquicio de fe en mi,
que sean dos y guardaré uno para navidad,
no me voy a retractar,
no dejaré de desear tu bien,
no te dejaré sola cuando me necesites,
no suelo romper mis promesas ni porque vaya en contra de mi mismo,
dejaré que el tiempo haga su movimiento,
protegeré al Rey de tu último embate,
me cubriré de ese mequetrefe y sus espadas de celos,
en esta posición veré cuando mi propio Jaque se cocine silencioso,
pero al final estaré de pie en el tablero y si tengo que ganar,
lo haré,
la fortuna sonríe a los osados.