Deja ir al cielo
el pedazo de tierra que no puedes salvar del infierno;
deja un pedazo de tu alma para mi,
un madero para asirme,
un legajo para reconocerme;
deja libre su alma y porvenir,
suelta sus alas para que pueda volar sin descanso,
sin sosiego,
sin esperarla al amanecer;
déjame tus complejos,
para que la terapia valga la pena,
para que Freud tenga trabajo,
para que recuerde tus virtudes
y todos tus defectos.
Elijo amarte sin traición,
entonces te privo de mí,
rasgo mi piel por tu libertad,
que me duela el alma por dejarte salir de ella,
que se marchiten mis labios,
que se me expulse del paraíso,
que se me diga infame,
que se me nombre como hereje,
aquel que pareció no tener fe
es todo lo que tiene.
el pedazo de tierra que no puedes salvar del infierno;
deja un pedazo de tu alma para mi,
un madero para asirme,
un legajo para reconocerme;
deja libre su alma y porvenir,
suelta sus alas para que pueda volar sin descanso,
sin sosiego,
sin esperarla al amanecer;
déjame tus complejos,
para que la terapia valga la pena,
para que Freud tenga trabajo,
para que recuerde tus virtudes
y todos tus defectos.
Elijo amarte sin traición,
entonces te privo de mí,
rasgo mi piel por tu libertad,
que me duela el alma por dejarte salir de ella,
que se marchiten mis labios,
que se me expulse del paraíso,
que se me diga infame,
que se me nombre como hereje,
aquel que pareció no tener fe
es todo lo que tiene.