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9.1

Tienes idea de cuántas velas encendí en tu nombre;
tienes idea de cuántas noches estuve en vigilia esperando,
ansiando,
sosteniendo,
creyendo,
desvencijado,
perdido.

Tienes idea de cuántas veces guarde tu teléfono esperando ver tu nombre en una pantallita;
a cuántas historias les di vida y muerte después.

A casi una década
te recuerdo con maldad,
maldad más que amor,
más vendetta
que romance.

Te recuerdo porque tu no me recuerdas,
eso es todo,
deseo tus huesos hechos polvo al amanecer,
deseo tus pupilas secas de tanto llorar,
deseo que te pudras por dentro y que apestes más que los mares de Dagon.


Muérete en tu propio desagradecimiento,
piérdete en tu desconocimiento de mi,
y deja de existir en mi.

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