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A veces la sombra de mi sombra, es todo lo que puedo ser.

No, no tengo tiempo, para rendirme, no tengo fuerzas para esperar, no sé si habrá camino alguno o si algún día podré llegar. Grito y no me escucho En calles vacías No me quedan letras Las nubes negras me persiguen a un lugar que llamo hogar He perdido con los ases en la bolsa, He soñado con volver Este silencio no lo llena nada. Voy a tomar mi espada, con destino a mi destino, voy a olvidar lo que he aprendido a cada paso, a cada latido. Te conozco a ti, el amor de mi vida, mi esperanza perdida voy a regresar, no sé cuándo, no sé si en esta vida, pero, aunque tenga que cazar estrellas por el cielo, y volver a cabalgar por las praderas de Edrón, más allá de mis más profundas heridas, he decidido salir de aquí, primero me arrastraré aprenderé a gatear, lograré caminar, recordaré como volar. He pasado mi vida corriendo siempre en camino, llegando a ningún lado de sueño en sueño, la mitad de la vuelta al mundo,

Resignación

La resignación no es dejar de buscarte,  es reconocer que puedes no existir, darle la mínima cabida a la posibilidad  de esa inexistencia o que haya tal disparidad  entre tu y el imago que bosquejé de ti que las diferencias sean irreconciliables. Es la posibilidad de quedarse solo y aprender a vivir tomando café con  el vacío perpetuo de tu ausencia, con los diseños y planes que no serán. Resignación no es un paso atrás, es un estado de paz con la vida para que me deje vivir jodido pero sin ti.

Quiero ser tu Stalker

Todavia te amo y a veces querida, el amor que tengo y que no puedo darte aplasta mi pecho y no me deja respirar. A veces incluso ahora mi corazón se ahoga en el dolor de ver las estrellas sin ti, sin reir, sin dormir y medio viviendo. En los días donde mi bosque es obscuro, los árboles están tristes y todas las mariposas tienen las alas rotas, ahí es donde te espero, en el ocaso perfecto. Sé que a veces fui un bastardo, una basura, un mequetrefe entrometido que solamente molestaba a tu corazón. Se que a veces fui tu amo, tu sudor, tu piel trémula temblando y cayéndose a pedazos. Sólo tu sabes la verdad, la que se esconde en nuestros momentos perdidos en la noche cuando te reclamaba mía. Yo no pido más, yo espero, para no desesperar, yo aguardo, yo acecho y quizá tú puedas regresar.

De nuevo en el camino

De camino al infierno llueve, llueve sobre mis alas. De camino a tu corazón estridente, ensordece la tormenta, dime tus razones, tu silencio por amar muéstrame el Otoño sosteniendo mi mano mañana mi pesar. De rodillas, espero, espero tu mano de camino a tu corazón, estridente, ensordece la tormenta, me abrazas y suspiras y suspiras todos tus temores. Aquí vamos de nuevo si me tomas de la mano mañana mi pesar y de nuevo si tomas mi mano mañana, mi tristeza, mi decadencia, mi rutina. Dile a él, dile tus razones, sostén su mano susurra, susurra. De camino al infierno, llueve, llueve de rodillas espero, espero que me tomes la mano una vez más.

La Caída de la Noche

  Esa noche fue eterna, lapidante, álgida, con sueños labrados, con promesas rotas, sin finales felices; la noche ha caído como un talud, con silencio y obscuridad. No son pocos mis errores, son incontables mis perdidas, mis derrotas, mis huidas; valiente caballero fui, a qué pobre héroe se arrimo la princesa buscando salvaguarda codiciando paz; la noche ha caído como una eternidad con silencio y obscuridad. Este silencio tan irreal, de llamaradas en el cielo, de creaturas míticas; aquí, hoy, en este santo sepulcro, mueren esas visiones conspicuas de esperanza, pérfidas soñadoras de un futuro que no será; la noche ha caído como un cielo sin estrellas con silencio y obscuridad. Te quito el derecho a tener nombre, a ser narrada con ternura, a ser escabullirse con nostalgia, a ser recordada,

Ayeres

Perdía las noches y los días amando sin remedio, creyendo con tanta fe en un amor más del terreno de la religión qué el de la pasión Perdido en mis infinitos laberintos, anhelando tu presencia como si de una deidad te hubieras tratado y ambos sabemos que eres todo menos perfecta, buena quizá, Santa nunca. Luego otros días estuve estrellado en esos parajes de piel sin sentido, con una vehemencia animal, con la furia de un tigre huyendo del cautiverio que va tan rápido que se despintan sus rayas, desgarrando piel, desgarrando vidas, desgarrando historias, siempre con el miedo de que en un descuido me volvieran a arrojar a la jaula. Extraño en cierto sentido ese sentido de epopeya con el que te ansiaba, ese correr heroico, esa vida de tormenta, esas huidas a las tierras de la pasión que siempre acababan a deshoras. Extraño efectivamente sab

Aferrado

Tengo roto el espinazo, hechos polvo los huesos, se me fugaron los sueños del corral y queda solamente desolación silente, maldita, invencible. Sin esperanza, sin plan B, atrapado en la camisa de mil espadas que yo mismo me construí la prisión perfecta a mi soberbía, a mis ganas de volar, mis absurdos llamados a cambiar el mundo, es una cárcel perfecta y aún así no será suficiente. Si tan solo pudierá brincar por encima de las montañas? Si tan solo pudiera quitarme la mierda de los ojos un segundo para ver el sol? Si tan solo encontrará ese grano de mostaza que deje guardado para emergencias? Si tan siquiquiera no estuviera tan roto por dentro, seguro tendría un plan, seguro podría buscar mis piezas y volver a comenzar, está vez no será así. No estoy muy seguro de que quedará de mi no estoy ni siquiera seguro que seré yo; tendré que buscar un rasgo que me recuerde a mi, aunque no sea familiar, aunque sea en lenguaje poético, aunque se esconda en las a