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Mostrando las entradas de noviembre, 2012

7 Aire

Nos divide aire, nos separa un trecho de aire y tu indómita necedad que se me pierde entre lo que llamas amor y el elixir de mis creaciones que tienen sabor a ti. Has de saber que tus obras en este orate han de trascender al tiempo y la razón, a mi y a ti, pero ese es una línea que aún no he de escribir. Aire entre nosotros, aire que me huele a ti, perdida que me recuerda a ti, vamos a reconocer que de todo tu eres la menos culpable, yo soy el entrometido, yo soy el que llego sin avisar, ¿Quién escribe está historia de aire putrefacto entonces? Porque al final del día yo volveré a ser quien debo tu también, pero la pluma estará en mi mano una flor cada Viernes porque es una historia que narró yo, porque en mi historia tendrá un final feliz, porque en mi historia si hay esperanza. Nos quejamos y redundamos en ese ser muerto llamado romanticismo, le damos vueltas a cada momento, pero quién ha colaborado a su deceso, ¿A quién le dejaron de gustar las flores? ¿Quién dejo de saborear las le

Territorial

Cómo es que eres de él si ante fuiste mía y jamás renuncie a ti? Cómo se reclama el cartógrafo de tu piel cuando lo sobrevolé tantas veces y no fui capaz de mancharla? Cómo es que esa idea cruzo transversalmente al tiempo? Cómo es que sobrevivió a los embates de las idas y venidas de las historias que parecían tan fundamentales y resultaron tan faltas de todo? A los labios se les jura al pie de la luna con un beso, al deseo se le nombra en un susurro que dura por siempre, al aliento se le fuma en la agonia de la asfixia, y no hay, ni habrá en está fuga de la realidad una idea que acerque los destinos, que enlace los brazos, que zurza los besos, e hilvane las rimas en una cadena sin fin de tu espalda a tu cuello de tu cuello al cielo. ¿Qué sabe un alma rota de poesia? ¿Qué sabe el oxido de mis huesos de promesas de pasión? Te reclamo, como aquel que reclama una isla desierta antes del tiempo, mi frontera perdida, mi deseo silente.