Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2010

Milagros

Impío, retorcido, pervertido pérfido, penitenciario, ecléctico; ponderando las ideas, haciendo borrones en las notas del destino, me sobran las razones, un poco de café amargo, un cursor parpadeando, uno y mil fetishes retorcidos que guardo como ases bajo mi capa, mi mente está fugada de planta en el infinito, no vale ni la pena reclamarla a la cordura. ¡Carajo si yo cazaba estrellas en noches como está! ¿Acaso no arrancaba suspiros a punta de rimas? No deje una tarde del Otoño sin conquistar, ni una sonrisa que no pudiera robar. He decidido sentarme en el escritorio de nuevo, reemprender la crónica, explorar las posibilidades infinitas, y para variar dejaré de huir, básicamente porque 365 días después, con una pequeña haciendo un caos del caos de mi escritorio escribo como se llama el primer capitulo, de estos días de sol y promesas gigantes, tres letras: Z O E. Y es que es tan perfecta, sus manitas perfectas, sus ojos penetrantes su sonrisa que derrumbaría los muros de Jericho, y esa

Los Raros

Este es un texto especial, tiene algunos años que lo escribí, pero me mueve muchas cosas cada vez que lo leo. En fin, se aceptan comentarios. Los Raros No me voy a olvidar de cómo me hablaron la primera vez de Decroly, “Hay una escuela en Zamora donde dicen que los niños son medio extraños” No me voy a olvidar que años después una amiga de mi mamá le dijo que hay en Zamora había una escuela bien rara donde salían niños bien Raros, acto seguido mi madre le dijo que su hijo asistía a esa renombrada institución. No me voy a olvidar de Quinto, no solamente porque teníamos el salón más deseado de toda la escuela con una gran terraza sólo para nosotros, ni porque repetimos con Mauricio un Coordinador que ya era un viejo amigo para entonces, nuestro propio Indiana Jones como yo le decía. No, lo que no voy a olvidar es un día que me presentaron a un Coordinador, se llamaba Alain Kerriou y es que era? ¿Cómo decirlo? Raro. No se parecía a nadie que conociera, vestía de jeans, una chamarra de mez

Scelta che tradisce

Deja ir al cielo el pedazo de tierra que no puedes salvar del infierno; deja un pedazo de tu alma para mi, un madero para asirme, un legajo para reconocerme; deja libre su alma y porvenir, suelta sus alas para que pueda volar sin descanso, sin sosiego, sin esperarla al amanecer; déjame tus complejos, para que la terapia valga la pena, para que Freud tenga trabajo, para que recuerde tus virtudes y todos tus defectos. Elijo amarte sin traición, entonces te privo de mí, rasgo mi piel por tu libertad, que me duela el alma por dejarte salir de ella, que se marchiten mis labios, que se me expulse del paraíso, que se me diga infame, que se me nombre como hereje, aquel que pareció no tener fe es todo lo que tiene.