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Quiero ser, quiero saber

Quiero ser tu almohada los domingos, tu cobertor en el invierno, tu aspirina, tu pañuelo y el que compre los boletos del cine. Quiero saber como te gusta el café, los tacos al pastor y lo que se te antoja esas noches que la gula acecha. Quiero ser tu cartografo, biografo y enciclopedista; un erudito en tus gestos, tus locuras, tus lagunas y esa particular forma tuya de ver al mundo; un alquimista legendario en la magia inmortal de tus ojos. Quiero saber tu estado de ánimo con solo un vistazo, quiero aprender a percibir con la nariz tu tristeza; quiero saber que canciones te saben tuyas, que libros te susurran al oído y todas esas manías que te hacen tu. Quiero ser el único espectador del concierto de tu corazón y el esplendor de tu piel al ocaso. Quiero que me hagas negar mi amargura y falta de fe por el mundo y sus habitantes. Quiero llevarte el desayuno a la cama y lanzar el reloj por la ventana, doblar el tiempo y el espacio, escribir una nueva t

¡Va la puerta!

    El convoy llego a una curva de 200 kilómetros por hora cuando rozaba los 230, a consecuencia los vagones se sacudieron bruscamente y  se escucho un fuerte chirrido metálico cuando los rodamientos magnéticos fueron raspando contra el piso sacando chispas que iluminaron con destellos de luz la obscuridad del túnel. Nadie pareció inmutarse, la gente que iba dormida simplemente sacudió su cabeza rítmicamente, una personas que dormía en el suelo debajo de las bancas se golpeo contra un tubo sonoramente, se llevo las manos a la cabeza para apaciguar un poco el dolor y trato de conciliar el sueño nuevamente.     El Metro 10-07 recorría sin grandes contratiempos el subsuelo con rumbo a la Ciudad de México, la linea Azul Cobalto Metálico 1 viaja de las minas de Zacatecas a la capital del país en un viaje de cuarenta y cinco minutos, a una profundidad promedio de seis kilómetros y una máxima de diez en algunos tramos. La mayor parte del recorrido es un poco ajetreado pero no muy problemáti

Me Gustas...

Me gustas para  ser mi desvelo y mi vigilia, me gustas para ser mi campo de estudio y el archivo de mis rarezas. Me gustas para servirte el café por las mañanas  y desayunarte entre las sabanas. Me gustas para  ser mi faro y luminaría, mi estrella del norte, mi luna en la obscuridad y mi horizonte. Me gustas para escribir tu nombre en mi leyenda, para que seas un hecho histórico en mi vida, un nudo climático en mi novela, "La Piedra en mi Camino", mi ruta y mi destino. Me gustas para susurrar tu nombre, respirarme tu cercanía y creer en la astrología de los gestos de alegría, y las constelaciones  en los lunares de tu piel. Me gustas para rima, prosa y poesía; me gustass para ser mi métrica y mi muletilla. Me gustas para ser la heroína de mi aventura; me gustas para ser mi damisela en peligro; me gustas para  ser la droga de mi adicción; me gustas para ser el vino en mi comida. Me gustas para ser mis siete pecados capitales, mi confesión y redención. Me gustas para arrastrart

Sabiduría Ventruxiana

En otro amor

Divago en mis laberintos sin final quiero llevarte a donde estés segura, pero todo es tan desolado y no se a donde. Y quiero besarte y hacer sentir bien, estoy tan cansado de compartir mis noches con la desolación, a veces quiero llorar y a veces quiero amar, pero todas mis lagrimas se han secado en el ocaso. En otro amor, en otra tierra, en otro yo, en otra tu, jala las delicadas lineas del universo y modificarás está realidad. Y si alguien te lastima, voy a pelear, aunque mis manos estén rotas, una vez más, usaré mi voz, seré grosero, absurdo, cínico, las palabras siempre ganan, pero yo perderé. En otro amor, en otra tierra, en otro yo, en otra tu, un universo donde el bosón pesa un poco más una realidad donde no me miras por encima del hombro, donde crees en mi, donde crees en la leyenda que haré por ti. Y tarareo esa canción, esa que es solo nuestra, pero la escucha otro corazón, y quiero llorar, quiero recordar como te amaba, pero mis lagrimas se han secado al ocaso. Quiero abraza

Tu puedes ser mi suerte

Podría sostenerte, puedo mostrarte lo que quieras ver, y llevarte a donde quieras estar. Tu puedes ser mi suerte, aunque el cielo se caiga a pedazos, sé que estaremos bien. Podría hacerte el desayuno, sé que siempre habrá un nuevo amanecer contigo, lo quiera o no el mundo, podemos estar juntos. Tu puedes ser mi suerte, aunque un huracán nos lleve a Oz, buscaremos el camino amarillo y estaremos bien. Podríamos llamarlo amor, comer pizza hasta aburrirnos, reírnos hasta que nos duela la panza, y navegar con la marea a cada tierra misteriosa que nos llame, yo seguiré de pie junto a ti. Tu puedes ser mi suerte, aunque un ejercito de orcas nos acorrale en un abismo, aunque todos sean zombies persiguiendo tus sesos, aunque los ángeles se revelen y quieran acabar con los humanos, y si los polos se derriten, y si se agujera la capa de ozono, y si vienen los aliens, sé que estaremos bien. Tu puedes ser mi suerte, podemos ser ladrones internacionales de joyas, saqueadores de tumbas, piratas, vamp

Sensaciones empolvadas

¿Te ayudo a enamorarte de ti?   ¿Te ayudo a entender los estragos que haces en mi mente?   En verdad sería útil que pudiera ayudarte a que compartieras mi espacio, mientras te abrazo y vemos la tarde convertirse en noche.   En verdad me es indispensable dejar de pasar noches sin escuchar tu respiración, sin deletrearte al oído cuanto te amo hasta que concilies el sueño.   Y entonces entras en esa tienda de antigüedades donde se exhiben las armas de mis días más obscuros, los vestigios de mis batallas más cruentas, de mis atardeceres más extraviados, de ese repertorio de sensaciones que amontone en una bodega para nunca tener que volver a verlas.   Y soplas con esa manera tuya tan tuya, levantando una capa de polvo de esas sensaciones; esas que me hacen lento, esas que me hacen soñador; esas que me hacen reír sin que nadie sepa el motivo; esas que me hacen entender la letra de todas esas canciones que regularmente detesto.   Cruza por mi mente esta idea de apostar lo que qued