Ir al contenido principal

Quiero ser, quiero saber


Quiero ser tu almohada los domingos,
tu cobertor en el invierno,
tu aspirina,
tu pañuelo
y el que compre los boletos del cine.

Quiero saber como te gusta el café,
los tacos al pastor
y lo que se te antoja esas noches que la gula acecha.

Quiero ser tu cartografo,
biografo
y enciclopedista;
un erudito en tus gestos,
tus locuras,
tus lagunas
y esa particular forma tuya de ver al mundo;
un alquimista legendario
en la magia inmortal de tus ojos.

Quiero saber tu estado de ánimo con solo un vistazo,
quiero aprender a percibir con la nariz tu tristeza;
quiero saber que canciones te saben tuyas,
que libros te susurran al oído
y todas esas manías que te hacen tu.

Quiero ser el único espectador del concierto de tu corazón
y el esplendor de tu piel al ocaso.

Quiero que me hagas negar mi amargura
y falta de fe por el mundo
y sus habitantes.

Quiero llevarte el desayuno a la cama
y lanzar el reloj por la ventana,
doblar el tiempo y el espacio,
escribir una nueva teoría de la relatividad
donde mi única constante seas tu.

Quiero una razón para creer
que quieres lo mismo de mi
y yo lo haré sin titubear.

Quiero rendirme honestamente a ti
y engañar al destino obviando
mis muchos y obscuros renglones.

Quiero conquistar el espacio que queda
entre nosotros.

Entradas más populares de este blog

Anhedonia

  Del griego ἀν-: an- ‘falta de’ y ἡδονή: hedoné ‘placer’ es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos, como por ejemplo, en algunos casos de demencias, trastornos psicóticos y el trastorno esquizoide de la personalidad. La ausencia de dopamina en el cerebro causa anhedonia.   Perdido más allá de cualquier frontera que creí cruzar, sobreviví a todo lo que me causaba miedo y a todo lo que pensé incierto, todas las arenas movedizas, todos los pantanos de desesperanza, los enemigos, adversidad y todos mis reductos melodramáticos del bien contra el mal.   He de confesar que estoy decepcionado de esa vieja y conocida enemiga llamada: vida; aunque ninguno saldremos vivos de ella ciertamente esperaba

Ad hominem

Ad hominem No atacarás a la persona, sino al argumento   Tengo tantas promesas rotas pesando sobre mi, y no puedo deshacerme de una sola, no puedo atentar a dejarlas de llevar en mi.   No he perdido por ser quien soy, por el contrario, fui estoico e inexorable, más allá de toda duda más allá de toda razón, nunca en mi historia podrán decir que ceje en mis intenciones, en mi Código, un Código de hombres muertos, de leyendas desoladas, de héroes acaecidos, de aquellos cambiaron el mundo porque era lo correcto por hacer y no espero un destino distinto, por el contrario, espero merecerlo algún día.   No me dejaste de amar porque yo fuera diferente, me dejaste de amar porque muy a mi pesar deje de ser necesario en tú vida el día que te rescate de lo que fuiste y los héroes solo existimos al ser necesarios, esa mentecata necesidad nos da nuestra razón, nuestro pilar, nuestro sentido; eres la paradoja más triste de mi vida, a

El Hombre de Paja

El Hombre de Paja No malinterpretaras o exageraras el argumento de una persona para debilitar su postura.   No soy un loco más, no soy por ningún motivo una molestia que denominaste pasajera; no soy tu príncipe, no soy tu rey y no cometas el error de pensar que después de tantas lunas soy una buena persona, honorable, sí; definitorio, absolutamente.   Los hombres buenos no tienen reglas, no las necesitan, su actuar es tan sencillo y correcto para el universo que pueden prescindir de ellas; esperemos que no llegue el día en el que tengas que saber porque yo poseo tantas y me resisto tanto a romperlas.   Si lo analizas, el hecho de vivir en tu olvido, de ser un recuerdo amargo no es razón alguna para estarlo y serlo.   A veces quisiera ir a la boca del infierno, al abismo más profundo, quisiera pelear, pero mis manos están rotas de tanto hacerlo, quisiera arrojarte al olvido por siempre, pero ese no sería yo, ese sería o