Ir al contenido principal

Tinto




Anidado en la soledad,
desolado de mi mismo,
de mis promesas y protocolos,
no me dejo de buscar ante la noche más obscura,
ahí estoy,
siempre,
absoluto,
definido,
pérfido,
pervertido,
retorcido,
facilote.

No recuerdo bien el filo de la navaja hasta que veo las líneas rojas en mi piel,
no recuerdo bien cómo es que llegué hasta aquí hasta que miro detrás,
en arcanas referencias prohibidas se citan mis obras,
se maldicen mis actos y operetas pasadas,
no puedo huir de mi leyenda,
no puedo negar mi historia.

Me siento despellejado,
frágil,
elemental e instintivo,
y a la vez en el umbral de mi más perfecto estado,
sé que detrás de esa esquina está el destino prometido,
sé que este viaje ha valido la pena,
sé que el camino hace al viajero, no el destino en sí;
al canto del alba desenvaino de nuevo
con una maestría ganada con práctica.

Esta noche dejo correr mis letras sin tiempo,
se encuentra el pasado, presente y futuro
en este imago de quién soy,
de quién me soñaron para ser,
de quién soñé ser,
de quién resulté ser.

No voy a dejar a mis promesas huérfanas una vez más,
no aprendí a retroceder,
aprendí a levantarme una y mil veces ante la más fiera adversidad,
como León,
como fiera,
sin guardar nada para mañana,
sin guardar nada para después.

Estoy reconciliando mis demonios,
eso es ganancia,
eso es de lo poco que tiene sentido hoy día.
Voy a ver a los ojos al enemigo,
no voy a titubear,
no voy a tener piedad,
no voy a permitir que infecté cada parte de mi como un maldito parasito,
esto va a terminar sin arrebatos,
en frialdad y silencio,
en disolución y poderío,
sin derramar una gota de sangre,
con la batalla ganada.

Y luego está este maldito corazón hecho de retazos,
está alma de vagabundo,
esta piel diáfana y sin dueño,
está sensación permanente de extravió,
ese añejo en infantil temor a la soledad que tanto me ha costado.
El lenguaje del corazón cambió para mí en una noche de verano,
ya no sé en que maldita lengua maldita me reclama,
me recita,
me susurra,
no encuentro coincidencias en sus signos y vestigios,
no hay nada ahí de lo que yo solía ser,
y sin embargo,
no es un lugar del todo malo para edificar un monumento a mi necedad,
finalmente tiene una vista privilegiada de mis desfiguros,
y una visión profética de que puede ser,
de esa hermosa y absurda cantidad de posibles posibilidades,
de cicatrices por tatuarme en la piel,
de jeroglíficos por escribir con los labios.

No sé como carajos llegué hasta aquí,
pero tengo una idea bastante clara de a donde quiero ir,
está en mi nariz,
siempre sé a donde ir,
aunque no siempre sé cómo regresar.

Entradas más populares de este blog

Anhedonia

  Del griego ἀν-: an- ‘falta de’ y ἡδονή: hedoné ‘placer’ es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos, como por ejemplo, en algunos casos de demencias, trastornos psicóticos y el trastorno esquizoide de la personalidad. La ausencia de dopamina en el cerebro causa anhedonia.   Perdido más allá de cualquier frontera que creí cruzar, sobreviví a todo lo que me causaba miedo y a todo lo que pensé incierto, todas las arenas movedizas, todos los pantanos de desesperanza, los enemigos, adversidad y todos mis reductos melodramáticos del bien contra el mal.   He de confesar que estoy decepcionado de esa vieja y conocida enemiga llamada: vida; aunque ninguno saldremos vivos de ella ciertamente esperaba

Ad hominem

Ad hominem No atacarás a la persona, sino al argumento   Tengo tantas promesas rotas pesando sobre mi, y no puedo deshacerme de una sola, no puedo atentar a dejarlas de llevar en mi.   No he perdido por ser quien soy, por el contrario, fui estoico e inexorable, más allá de toda duda más allá de toda razón, nunca en mi historia podrán decir que ceje en mis intenciones, en mi Código, un Código de hombres muertos, de leyendas desoladas, de héroes acaecidos, de aquellos cambiaron el mundo porque era lo correcto por hacer y no espero un destino distinto, por el contrario, espero merecerlo algún día.   No me dejaste de amar porque yo fuera diferente, me dejaste de amar porque muy a mi pesar deje de ser necesario en tú vida el día que te rescate de lo que fuiste y los héroes solo existimos al ser necesarios, esa mentecata necesidad nos da nuestra razón, nuestro pilar, nuestro sentido; eres la paradoja más triste de mi vida, a

El Hombre de Paja

El Hombre de Paja No malinterpretaras o exageraras el argumento de una persona para debilitar su postura.   No soy un loco más, no soy por ningún motivo una molestia que denominaste pasajera; no soy tu príncipe, no soy tu rey y no cometas el error de pensar que después de tantas lunas soy una buena persona, honorable, sí; definitorio, absolutamente.   Los hombres buenos no tienen reglas, no las necesitan, su actuar es tan sencillo y correcto para el universo que pueden prescindir de ellas; esperemos que no llegue el día en el que tengas que saber porque yo poseo tantas y me resisto tanto a romperlas.   Si lo analizas, el hecho de vivir en tu olvido, de ser un recuerdo amargo no es razón alguna para estarlo y serlo.   A veces quisiera ir a la boca del infierno, al abismo más profundo, quisiera pelear, pero mis manos están rotas de tanto hacerlo, quisiera arrojarte al olvido por siempre, pero ese no sería yo, ese sería o