Ir al contenido principal

Denuedo

Cuando cae la noche,
lo sabe cada parte de mí,
cada célula,
cada poro,
cada sentido.
No es un alarde absurdo,
es más bien una herencia ganada,
un legado construido,
una idea trabajada,
son años deambulando por las sombras,
fue una renuncia a hacer todo bien,
a seguir haciendo lo que todos esperaban de mí,
si, es un acto de rebeldía,
uno que me define,
que me remite directamente a mi búsqueda de un lugar en el mundo,
a una cruzada estoica por todas esas ideas en las que creo:
muertas,
oxidadas,
arcaicas,
ancestrales.

No he caminado tantas veces hasta el alba desde lo más obscuro de la noche,
para dejarte está noche a la deriva;
no cabalgue en el lomo de mis bestias internas,
ni domestique a mis complejos,
ni le di vida a este complejísimo mundo de ideas en el que vivo,
para dejarte sola al amanecer;
no he peleado con las más sombrías creaciones de mi depresión y mis complejos,
para no tener la capacidad de amarte;
no he sido capitán de una tripulación en un viaje sin retorno a la ominosa mente humana,
para ignorar donde te encuentro en la noche.

Ven a mi,
dame tus más retorcidos sueños,
los explorare agarrado de tu mano.

Cree en mi,
deja que te abrace está noche en silencio,
deja que salvaguarde tus sueños,
que respire en tu cabello,
el aire del cielo que me promete redención.

Y te acercas desde las tinieblas,
y mi corazón camina en ese maratón que no puedo controlar,
¿Palmas sudorosas?
¿Escalofríos?
Y yo que me pensaba viejo para este viejo juego
¿Que embrujo se extiende de tus ojos a mi alma?
¿De tú recuerdo a mi cordura?
¿De tú piel a mi ansiedad?

La vida da pequeñas cosas,
milagros del azar,
de encontrarte un día en mi vida,
de burlarme del tiempo y la distancia,
solo aquello que sentimos durará.

Entradas más populares de este blog

Anhedonia

  Del griego ἀν-: an- ‘falta de’ y ἡδονή: hedoné ‘placer’ es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos, como por ejemplo, en algunos casos de demencias, trastornos psicóticos y el trastorno esquizoide de la personalidad. La ausencia de dopamina en el cerebro causa anhedonia.   Perdido más allá de cualquier frontera que creí cruzar, sobreviví a todo lo que me causaba miedo y a todo lo que pensé incierto, todas las arenas movedizas, todos los pantanos de desesperanza, los enemigos, adversidad y todos mis reductos melodramáticos del bien contra el mal.   He de confesar que estoy decepcionado de esa vieja y conocida enemiga llamada: vida; aunque ninguno saldremos vivos de ella ciertamente esperaba

Ad hominem

Ad hominem No atacarás a la persona, sino al argumento   Tengo tantas promesas rotas pesando sobre mi, y no puedo deshacerme de una sola, no puedo atentar a dejarlas de llevar en mi.   No he perdido por ser quien soy, por el contrario, fui estoico e inexorable, más allá de toda duda más allá de toda razón, nunca en mi historia podrán decir que ceje en mis intenciones, en mi Código, un Código de hombres muertos, de leyendas desoladas, de héroes acaecidos, de aquellos cambiaron el mundo porque era lo correcto por hacer y no espero un destino distinto, por el contrario, espero merecerlo algún día.   No me dejaste de amar porque yo fuera diferente, me dejaste de amar porque muy a mi pesar deje de ser necesario en tú vida el día que te rescate de lo que fuiste y los héroes solo existimos al ser necesarios, esa mentecata necesidad nos da nuestra razón, nuestro pilar, nuestro sentido; eres la paradoja más triste de mi vida, a

El Hombre de Paja

El Hombre de Paja No malinterpretaras o exageraras el argumento de una persona para debilitar su postura.   No soy un loco más, no soy por ningún motivo una molestia que denominaste pasajera; no soy tu príncipe, no soy tu rey y no cometas el error de pensar que después de tantas lunas soy una buena persona, honorable, sí; definitorio, absolutamente.   Los hombres buenos no tienen reglas, no las necesitan, su actuar es tan sencillo y correcto para el universo que pueden prescindir de ellas; esperemos que no llegue el día en el que tengas que saber porque yo poseo tantas y me resisto tanto a romperlas.   Si lo analizas, el hecho de vivir en tu olvido, de ser un recuerdo amargo no es razón alguna para estarlo y serlo.   A veces quisiera ir a la boca del infierno, al abismo más profundo, quisiera pelear, pero mis manos están rotas de tanto hacerlo, quisiera arrojarte al olvido por siempre, pero ese no sería yo, ese sería o